Es una práctica utilizada por los profesionales que realizan evaluaciones de créditos. De esta manera, los que invierten pueden analizar mejor las condiciones en las que otorgan créditos. Por ejemplo: personas jóvenes con ingresos sostenidos de nivel medio, solteros y sin niños tienen probablemente más capacidad de ahorro absoluta que personas adultas con ingresos comparativamente menores, casados y con niños en edad escolar. Si bien ésto no significa que se invierta a unos sí y en otros no, brinda información útil para evaluar niveles de tasas de retornos a los cuales invertir, plazos para los créditos y relación porcentual de la cuota con los ingresos probables.