Son los principios básicos apoyados en el sentido común para el manejo de las finanzas personales. Estos incluyen, de manera no excluyente, la cancelación en tiempo y forma de las obligaciones contraídas por servicios financieros o de préstamos, contraer obligaciones según la razonabilidad de los ingresos percibidos, evitar el sobreendeudamiento y la disparidad de los mismos con múltiples organizaciones.